«Yvonne Denis Rosario recibe un premio internacional por su libro “Capá Prieto”, que rescata personajes olvidados de la historia
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Por Ana Teresa Toro / ana.toro@elnuevodia.com
Como si las líneas pudieran ser aún más difusas, el reciente reconocimiento dentro de una categoría de periodismo a la colección de cuentos “Capá Prieto” (Isla Negra 2009) de la escritora Yvonne Denis Rosario devela el hecho de que los encuentros entre literatura y periodismo superan cada día y con más fuerza cualquier desencuentro.
El premio, anunciado en abril, lo convoca la Casa de Puerto Rico en España (CAPRE) junto al Gabinete Internacional de Traducciones (GIT) y se otorga desde el 2000 a modo de homenaje al periodista, poeta y narrador puertorriqueño José Ramón Piñeiro (1930-1999), fundador de la institución.
El galardón, dotado con tres mil euros, se entregará en Madrid en noviembre.
El jurado estuvo compuesto por el hispanista Eugenio Suárez-Galbán; el director del GIT, Manuel Mena; el director de CAPRE, Ramón-Darío Molinary; el catedrádico de la Universidad Complutense Juan Velarde Fuertes y el ex subdirector de la Agencia de Noticias EFE, Guillermo Tribín.
En el laudo se concedieron además dos accésits no retribuidos. El primero reconoce la colección de columnas del humorista Silverio Pérez publicadas en El Nuevo Día y el segundo destaca el reportaje “55’ sobre Puerto Rico” realizado por un equipo de Telemadrid, emitido dentro del programa “Madrileños en el mundo”.
Memoria reconquistada
“Capá Prieto” es una colección de doce relatos en los que la autora ha rescatado las historias de vida de puertorriqueños que tienen en común, además de su raza negra, el olvido al cual su obra quedó relegada en la historia. Denis Rosario, profesora de literatura en la Universidad de Puerto Rico, aborda desde la veracidad de la investigación histórica y las posibilidades que esos datos ofrecen a la imaginación, los aspectos más relevantes de estas figuras.
Adolfina Villanueva, la mujer que murió baleada por la Policía que intentaba desalojarla de su humilde residencia en Loíza, es uno de sus personajes.
“Una casualidad me llevó a conocer a la hermana de Adolfina, Marta, con quien pude hablar. Estuvimos desde las cinco de la tarde hasta la una de la mañana, y no olvido cuando me contó cómo su hermana se paró sola frente a los policías y dijo: ‘Yo soy Alfonsina Villanueva’ ”, cuenta la autora sobre su proceso investigativo tan similar al trabajo periodístico.
“Me ocupé mucho de que la historia principal de cada uno no se trastocara, pero inventé y trabajé desde la ficción otros elementos como el ambiente, las emociones y algunos personajes secundarios”, describe Denis Rosario sobre su primera publicación fruto de su proyecto de tesis como estudiante de la Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón.
Entre los personajes escogidos hay figuras reconocidas como el líder nacionalista don Pedro Albizu Campos, la bibliotecaria boricua radicada en Nueva York y responsable del rescate de buena parte de nuestra tradición oral Pura Belpré, el declamador y encuadernador Juan Boria, el famoso historiador de la negritud en el mundo Arturo Schomburg; así como personajes igualmente relevantes en nuestra historia pero que no gozan de un reconocimiento afín con la magnitud de sus aportaciones como es el caso de la poeta Angelamaría Dávila; el compositor Felipe Rosario Goyco, “Don Felo”, quien es familia de la autora; Celestina, la hermana del reconocido educador Rafael Cordero, y personajes anónimos como una nana de leche, una costurera, un grupo de empleados de un bufete y la milicia negra de la invasión de 1797. (Foto de Angel Luis García, El Nuevo Dia)
“Por ejemplo, nadie reconoce todo lo que Celestina le enseñó a su hermano Rafael Cordero o la importancia de esa milicia que ni siquiera figura en los libros de historia. Mis estudiantes, la mayoría, no conocen la obra de Angelamaría Dávila”, detalló la autora que este año publicará además su primer poemario y ya tiene lista su primera novela. Es disciplinada, lee afanosamente, escribe a diario aunque sea una línea y es consciente de que como escritora tiene un proyecto.
“Le llamé Capá Prieto no sólo por la revuelta nacionalista, sino también porque es el nombre de un árbol nuestro que está en peligro de extinción. Su madera es de mejor calidad que la de la caoba. Pienso en él y pienso en fortaleza, negritud, nacionalidad”, dice sobre la semilla de esta obra que recibió resistencia. Muchos le dijeron: “¡Otra vez con la negritud!”.
“No es un tema que esté superado y mucha gente puede reaccionar así porque a nadie le gusta que le señalen sus errores, que le recuerden sus prejuicios. Ahora bien, hay que seguir dando otras perspectivas”, plantea.
“Sí, hemos sufrido muchísimo, pero basta ya de vernos con el carimbo. Hay que proyectarnos con superación, con el poder alcanzado en planos como el económico, el político, mucho más allá del mito caribeño”, abundó sobre el tratamiento del tema en su obra que considera un proyecto social.
“No puedo despegarme de la justicia social. Trato temas delicados, dolorosos, pero que se pueden trabajar desde lo entretenido. Las letras no son de adorno, no creo en las letras vacías, ése es mi propósito, para eso escribo”, finalizó.»