Querida Yvonne:
Anoche me leí de un tirón tu libro Capá Prieto. En primer lugar, deseo felicitarte por la empresa de realizar un texto homogéneo, es decir, que constituye una unidad en su forma y contenido. Escribes muy bien. Toda escritura interesante nos lleva a una reflexión, a un cuestionamiento que va más allá de los límites de la escritura misma. Tu texto me ha hecho pensar en varios aspectos como: la creación, el país, la familia, la historia, etc. Aunque todavía no se ha asentado en mi cabeza el aluvión reflexivo, quiero comunicarte algunas cosas, en el mejor espíritu solidario y, más adelante, compartimos un café y dialogamos con mayor profundidad.
De tus textos me llamaron la atención Barrotes Olvidados y Ficha: Angelamaría Dávila. En el primero, resultó muy acertada la voz de La Princesa y la del personaje. Hay un justo balance que no se pierde a través del relato y el diálogo le da un movimiento a la narración que mantiene al lector amarrado al cuento. En el segundo, la fusión de lo poético con lo narrativo me llamó la atención. La poeticidad del cadáver que posee al patólogo hasta llevarlo a consumir descabelladamente los versos de la infortunada es una imagen poderosa y alucinante no sólo por su sentido escatológico, sino dramático. Hay relatos donde el diálogo hace que el texto se mueva excelentemente.
El lector que me he convertido con los años tiene unos gustos literarios muy particulares. Primero, los cuentos tienen que relatarme una anécdota y ésta tiene que desarrollarse equitativamente a través de todo el relato. La clave debe ser el balance entre las acciones, las caracterizaciones, las descripciones de los ambientes, y sobre todo, cómo se filtran los significados por medio de todos esos recursos. Si el lector percibe con facilidad su sentido ideológico, se desconecta del mundo narrativo, y todo buen escritor busca quedarse en la mente (con su historia) de cada lector. Segundo, no me gustan los escritores de moda y fórmulas, ésos que escriben siguiendo unas tendencias del momento y buscan deslumbrar al lector con sus destrezas literarias. (No digo que ese sea tu caso, sólo quiero expresarte mis gustos literarios). Hay escritores que escriben muy bien y no dicen nada, pues sus historias están ausentes de la garra emotiva y estética que busco en toda historia.
Te felicito nuevamente por tu libro y espero que más adelante podamos sentarnos a dialogar sobre el mismo. Un abrazo, Payo
Dr. Pablo Canino Salgado
Catedrático
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
macpayo@gmail.com